Si bien no les garantiza un lugar en Harvard, el destinar una habitación o un espacio en casa para que los niños puedan estudiar o hacer sus tareas les ayudará a mantenerse concentrados. Aquí te dejamos algunos consejos para crear un espacio de 10.
1. HABITACIÓN ILUMINADA = MENTE BRILLANTE.
La iluminación es una de las características más importantes de un espacio de estudio productivo, especialmente si la noche llega más temprano en algunos meses del año. Considera instalar una lámpara de escritorio o de piso para fortalecer la luz de ese lugar.
2. UNA PUERTA QUE AÍSLE
Trata de alejar distracciones como el sonido de la cocina cuando la cena se esta preparando o de los hermanos viendo televisión o jugando videojuegos, una puerta permitirá aislar el sonido fuera del cuarto, si ésta no es opción, piensa en tapones para los oídos o un poco de música suave de fondo que pueda hacer de ese espació libre de ruidos que los puedan desconcentrar.
3. ALEJA LAS DISTRACCIONES
Puedes poner algunas reglas como que ese espacio sea libre de teléfonos celulares, incluso si hay una televisión en el cuarto, guarda el control remoto en otro lugar para evitar tentaciones.
4. EL COLOR DE LAS PAREDES
El color de la habitación puede afectar a la capacidad de los niños para concentrarse. De acuerdo con estudios psicológicos, los niños en edad escolar de primaria trabajan mejor cuando están rodeados por colores más cálidos, como el amarillo o el durazno, mientras que los estudiantes de mayor edad se concentran mejor con tonos más fríos, como azules y verdes.
5. CUIDADO CON EL DESORDEN
Torres de revistas, libros fuera del estante, botes de ropa sucia, etc, son potenciales distractores para el ambiente de estudio que quieres crear para tus hijos, evita que esto se acumule especialmente en su espacio.
6. HABLA CON UN EXPERTO – TU HIJO.
Probablemente el factor más importante para la creación de este espacio de estudio es averiguar los gustos de tu hijo. Podrás comprar la mejor silla ergonómica del mercado, sin embargo tu hijo disfruta leer por largos periodos de tiempo acostado sobre una almohada en el piso.